¡La Leche!

04.11.2012 20:30

Actualmente la mayoría de la personas piensa que la leche de vaca es el único producto que nos aporta calcio a nuestros huesos, y que es imprescindible para los bebes en crecimiento.

La leche de vaca y sus derivados es uno de los alimentos más consumidos en la sociedad actual, hasta tal punto que aprece en la pirámide alimenticia como producto básico para alimentar nuestros cuerpos. Es cierto que, es rica el calcio y contiene proteínas de alto valor bioógico y vitaminas, ácidos grasos...y que todos estos nutrientes que contiene podrían ser beneficioso para la salud, pero también es cierto que la proteína de la leche, la caseína se descompone en sustancias derivadas de la morfina (las casomorfinas) en el mismo tubo digestivo. Por esta razón tiene efectos sedantes y posibles efectos negativos en la estabilidad emocional. 

Por su rico contenido en proteínas animales, en fósforo… favorece la acidez metabólica. Numerosas publicaciones demuestran que los lácteos disminuyen el pH de la sangre (acidez), pudiendo provocar la salida del calcio de los huesos hacia la sangre como mecanismo tampón (el cuerpo biológicamente se equilibra hacia la alcalinidad). Esto se relaciona con la aparición de piedras y cálculos renales. 

La absorción del calcio de la leche, presente mayoritarimente en forma de fosfato cálcico unido a proteínas (caseínas). Las caseínas de la leche de vaca son 300 veces mayores a las presentes en la leche materna. Existen dos enzimas, la renina y la lactasa, que son las encargadas de descomponer y hacer digestible la leche de vaca. Dichas enzimas, en casi todos los seres humanos, dejan de producirse alrededor de los tres años. Cuando la leche entra al organismo y no encuentra dichas enzimas, sucede que el estómago tiene que hacer esfuerzos considerables por digerirla, y, a pesar de su enorme trabajo para que el alimento sea asimilado, no lo consigue del todo, así que la leche se queda en los intestinos adherida como una especie de pasta difícil de remover. Con el tiempo, estas adherencias se fermentan, se secan y con los años, da lugar a innumerables síntomas que ¡ jamás se no ocurriría pensar que es por la leche!, entre las cuales encontramos problemas de la tiroides, alergias de todo tipo, intolerancia a ciertos alimentos, excesos de flemas y mucosidades, tos y catarro, etc. 

Por tanto, la disponibilidad de calcio se encuentra francamente mermada, a medida que crecemos. Por su posible influencia negativa en el sistema digestivo, afecta al sistema inmunitario, pueden aparecer infecciones en otras mucosas como en los oídos y garganta. En adultos, un gran número de personas experimenta mejoras en el funcionamiento digestivo y tránsito intestinal al reducir o eliminar el consumo de lácteos. 

La leche de cabra y oveja, al ser de animales de tamaño más pequeño, las proteínas són más fáciles de digerir, pero aun así son alimales (como la vaca) tratados con antibióticos, químicos, hormonas y pesticidas.

El producto de la secreción mamaria de las vacas es un alimento perfecto para los terneros, pero no para nosotros. El sistema digestivo de los terneros dispone de 4 cámaras para poder regurgitar, digerir mejor los alimentos, y posteriormente absorberlos. Además, las necesidades nutricionales y de minerales de esta especie animal son muy distintas a las de la especie humana.

Entre los derivados de la leche se encuentra la mantequilla, el queso, la nata, y el yogurt. Es difícil cuando uno está acostumbrado a estos alimentos, quitarlos de la dieta, sobre todo cuando hemos crecido bajo una cultura alimenticia que nos acostumbró a ciertos alimentos, puedas intentar sustituirlos, tienes que saber sobre todo que tu cuerpo no necesita estos alimentos en absoluto. Si tienes una dieta equilibrada, puedes eliminarlos más rápidamente. Si eres una mamá o un papá interesado en que tus hijos estén sanos, puedes seguir algunos consejos sin ninguna preocupación:

El brócoli, las nueces, las verduras de hoja verde oscura, el amaranto, la miel, la avena, la naranja, el polen, la alfalfa, la levadura de cerveza, el coco, las almendras (sobre todo las almendras) son alimentos ricos en calcio. 

Las almendras son ideal para los niños, mezcladas en un licuado de frutas por las mañanas antes de ir a la escuela.